
No suelo notar la cuesta de Enero. Es verdad que el año pasado se me hizo eterno, pero creo que fue una sensación general que se me pegó por influencia de las redes sociales. Este 2021, sin embargo, ha ido bien, a su ritmo. Han pasado tantísimas cosas en el mundo que cada día era una aventura, especialmente en Twitter.
Yo lo comencé contando cuántos trozos de gominola me había comido y cuántos me tenían que quedar en el plato (no soy de uvas, pero dame ositos de oro y me como más de 12). Brindé con mi familia, hice una videollamada con mi pareja, respondí a los whatsapps... Y me senté en el sofá a seguir leyendo los Bridgerton porque estaba ¡enganchadísima!
Empecé la saga el 26 de diciembre. Lo sé porque me vi la serie el mismo día que salió, del tirón, casi sin pausas. Me gustó tantísimo que tuve que hacerme con los libros... Y los devoré. Apenas me duraron una semana. Hice mini reseñas en Goodreads y en los stories de mi Instagram, por si tenéis curiosidad.
Después, para bajar el empacho de romance histórico, me terminé Al atardecer en Samhain, de Roomie Ediciones. No puedo ser objetiva porque mi relato sale en él, estoy enamorada de la edición y de mis compañeres, de la editorial y de la editora.
En el ámbito escritoril me fue bien a partir de entonces. Cuando un libro me engancha no lo suelto hasta que lo termino, así que no volví a sentarme frente al ordenador para darle a las teclas hasta el día 8. Empecé fuerte, con más de 3000 palabras, y para el domingo 10 ya había terminado dos relatos para dos convocatorias.
Sinceramente, no me importan que no los seleccionen, estoy orgullosa de ellos, me lo pasé genial escribiéndolos y he cogido mucho cariño a los personajes, que ya están rondando por mi cabeza pidiéndome algo más largo. (Y no lo descarto de uno de ellos).
La segunda semana envié un poema a otra convocatoria, pero no fue seleccionado. También me lo esperaba, no entendí muy bien lo que pedían y mandé algo del archivo. Aún así, escribir poesía no es mi fuerte.
¡Y me he puesto en serio con Caracoles!
Es un proyecto que ha estado a mi lado muchas veces, que he escrito y reescrito, y aún así no me había sentido tan bien con él como hasta ahora. Me queda muy poco para terminarlo, aunque después va la corrección y apenas tendré dos semanas para enviarlo a cierta convocatoria de cierta editorial.
Ojalá todo salga bien y sea justo lo que buscan.
Recuento de palabras total del mes: 23610
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